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El cáncer de mama también es una enfermedad en la que proliferan los mitos. Si bien recibe muchísima atención de los medios de difusión, una gran cantidad de la información que circula es incorrecta.

A continuación, se presentan algunos mitos y conceptos erróneos que vale la pena corregir:

Mito n.º 1: Si lo contraigo, moriré. La cantidad de mujeres a las que se les diagnostica cáncer de mama aumenta sustancialmente cada año, pero la tasa de mortalidad está en constante disminución. El 83% de las mujeres a las que se les diagnostica cáncer de mama siguen vivas después de 5 años de haber recibido el diagnóstico. En la década del 60, ese porcentaje era del 64%. Esta mejora en los resultados se logró gracias a la existencia de mejores tratamientos y al diagnóstico precoz mediante mamografías y exámenes regulares de las mamas, incluidos los autoexámenes mensuales de las mamas.

Mito n.º 2: En la actualidad, todas las mujeres tienen una probabilidad en ocho de padecer cáncer de mama. La tan citada frase “una de cada ocho” se aplica a las mujeres que se están acercando al final de su vida. Una mujer de 20 años, por ejemplo, tiene una probabilidad en 2,500 de padecer cáncer de mama en los próximos 10 años, mientras que las probabilidades de una mujer de 30 años son de una en 250 para ese mismo período. A los 40 años de edad, la probabilidad es de una en 67; entre los 50 y los 60 años, de una en 30; y entre los 60 y los 70, de una en 29. El riesgo de “uno en ocho” es el riesgo acumulativo de por vida de padecer cáncer de mama si se vive, al menos, hasta los 85 años.

Mito n.º 3: Si mi madre tuvo cáncer de mama, yo también lo tendré. Si su madre o su hermana tuvieron cáncer de mama, las probabilidades de que usted contraiga la enfermedad se duplican. Es decir, si no hubiera antecedentes familiares, tendría una probabilidad del 1.5% de padecer la enfermedad en los próximos cinco años; con sus antecedentes familiares, esa probabilidad aumenta al 3%.

Mito n.º 4: Si me hago la mastografía me dará cáncer de tiroides. Es falsa la relación entre las mastografías y un supuesto aumento de cáncer de tiroides. “La paciente no recibe una dosis significativa de radiación durante la mastografía, así que no es algo que la deba preocupar. De hecho, estos estudios radian menos que una placa de tórax porque la compresión que ejerce el mastógrafo (sobre la mama) es precisamente para disminuir la dosis necesaria de radiación.

Mito n.º 5: Si no tengo antecedentes familiares y hago ejercicio, como bien y no fumo, probablemente no padezca cáncer de mama. Lamentablemente, no es así. Aproximadamente el 70% de las mujeres a las que se les diagnostica cáncer de mama no tienen factores de riesgo identificables. Haga ejercicio, siga una dieta baja en grasas, evite el tabaco y beba alcohol solamente con moderación, porque todo ello ciertamente la ayudará a prevenir la enfermedad cardíaca, la diabetes y otras afecciones potencialmente mortales. Además, las investigaciones demuestran que existe una relación entre el cáncer de mama y beber más de una bebida alcohólica por día

Mito n.º 6: En general, solamente las mujeres de raza blanca padecen cáncer de mama. La verdad es que, si bien el cáncer de mama se diagnostica con más frecuencia entre las mujeres de raza blanca, el porcentaje de mujeres afroamericanas que mueren a causa de la enfermedad es mayor.

Mito n.º 7: Las mujeres contraen cáncer de mama por usar corpiños con varilla. En algunos círculos, se dice que los corpiños con aro obstruyen el flujo linfático. Es una teoría interesante, pero no hay pruebas de que sea cierta.

Mito n.º 8: El cáncer de mama es una enfermedad de mujeres. La incidencia de cáncer de mama en hombres es poco común: la enfermedad se diagnostica únicamente en alrededor de 1,600 hombres por año, lo que representa menos del 1% de todos los casos de cáncer de mama. Sin embargo, el 25% de los hombres que padecen cáncer de mama mueren a causa de la enfermedad, en gran medida, porque los hombres, y con frecuencia sus médicos, no saben que pueden contraerla, lo que hace que el cáncer alcance un estadio avanzado antes de que se inicie el tratamiento.

Mito n.º 9: Si un bulto duele, no es cáncer de mama. La sensibilidad asociada con los bultos, en particular si son de naturaleza cíclica, suele ser una buena señal. Pero muchos tumores mamarios que son malignos también pueden doler. Lo ideal es que el médico controle todo lo que sea sospechoso.

Mito n.º 10: Con la mamografía, se pueden detectar todos los casos de cáncer de mama. Por el momento, las mamografías son la única herramienta más importante para detectar tumores mamarios. Permiten detectar el 85% de estos tumores, pero sigue habiendo un 15% que no se puede detectar. La detección de tumores que se desarrollan en tejido glandular denso es más difícil que la detección en tejido adiposo, y algunas mujeres, especialmente las que son delgadas, jóvenes o premenopáusicas, o las que están haciendo un tratamiento de reemplazo hormonal, tienen mamas densas (más tejido glandular y menos grasa). Para las mujeres cuyas mamas son densas, puede resultar útil la realización de un ultrasonido o una resonancia magnética en combinación con una mamografía.

Dra. Paulina Castro.